martes, 8 de febrero de 2011

MENTIRA DE LOS CAZADORES N° 3:


La caza es protección activa de la naturaleza.

La caza significa una destrucción del equilibrio natural del ecosistema. Esta puede llevar a diezmar o exterminar especies de animales. Los cazadores son unos aprovechados de la naturaleza y no unos protectores de la misma. Ellos cuidan en todo caso de los animales que les interesan como botín. Por lo demás, los cazadores mismos contradicen hoy en día aquella afirmación: «la caza como protección activa de la naturaleza» o «los cazadores como verdaderos protectores de la naturaleza» etc., todo muy bien y bonito. Pero a pesar de todo ello no somos aceptados por los funcionarios de las asociaciones protectoras de la naturaleza. ¿Por qué no estamos al fin más por el sentido y finalidad de nuestra práctica de cazadores (…) La caza no es conservación en primera línea, sino en su sentido original hacer botín y queremos hacer botín. No es reprochable sentir alegría cuando conseguimos tirar una pieza. No, debe proporcionar por lo demás alegría si un venado muere sin sufrir a causa de un disparo límpio… » (WILD UND HUND 13/2001).

En el cantón suizo de Genf la población decidió en 1975 por referéndum la prohibición general de la caza de mamíferos y aves. En los años siguientes aumentó de manera espectacular el número de aves acuáticas que invernaban a orillas del lago de Genf y del Rín, sin duda una consecuencia de las perturbaciones restantes causadas por la caza. Antes del referéndun los representantes de los cazadores habían afirmado que sin la caza la liebre en el cantón de Genf estaría amenazada de extinción a causa de los animales depredadores. El caso fue lo contrario. Entre tanto el cantón de Genf se alegra de una sana capacidad de crecimiento de la población de liebres, la mayor densidad de población de liebres en Suiza. El temor de los agricultures de que la prohibición de la caza causaría más destrozos en los cultivos, no ha sido confirmado: el número de destrozos en el cantón de Genf son comparables con los de Schaffhausen, a pesar de que en Schaffhausen está permitida la caza.

Un gran número de especies que aún se cazan en Alemania (liebres, martas arbolares, codornices, perdices) están en la lista roja de las especies amenazadas a nivel estatal. La caza no es siempre el único factor de peligro, aunque la cacería de especies amenazadas no contribuye especialmetne a su conservación.

Los perjuicios a causa de la caza son enormes con motivo del desarrollo de la tecnología de armas: desde el siglo XVII son la caza y la destrucción de los espacios vitales naturales a causa del hombre los responsables del 57% de las aves extinguidas y del 62% de las especies de maníferos extinguidos sin la caza. 

martes, 1 de febrero de 2011

MENTIRA DE LOS CAZADORES N° 2: Los cazadores sustituyen a los extinguidos animales predadores.

MENTIRA DE LOS CAZADORES N° 2:


Los cazadores sustituyen a los extinguidos animales predadores.

Nuevas investigaciones demuestran que los denominados animales predadores no son los responsables de la regulación, es decir del control numérico, de sus presas. Los animales rapaces apresan preferentemente sobre todo animales viejos, enfermos y débiles, devoran carroña y contribuyen así a un sana existencia de los animales silvestres. Un cazador que dispara a gran distancia sólo puede juzgar en el mínimo de los casos si un animal está enfermo o es viejo. Puesto que los cazadores, no obstante, buscan los animales majestuosos, es decir, los grandes trofeos, la caza practicada por los hombres conduce por el contrario en toda regla a una selección errónea antinatural. Declaración de un cazador: «cacería significa también, no sólo abatir al animal débil y enfermo, sino animales “excedentes” completamente sanos (¿Quién quiere comer animales atrofiados o enfermos?)» (WILD UND HUND 13/2001).

Con la cacería anual en todo el estado alemán de aproximadamente 700.000 martas, zorros y comadrejas, los cazadores han diezmado los animales predadores que quedaban, con el esquizofrénico argumento: «los animales carnívoros quitan las presas a los cazadores». El lobo, el lince y el oso pardo están prácticamente extinguidos en Europa a causa de la caza, el águila está muy diezmada. Los animales especialmente criados para ello están desnaturalizados y son dados para su caza. En Francia p. ej. son importados cada año animales del extranjero y abatidos por los cazadores: 6.200.000 fasanes, 800.000 patos silvestres, 500.000 perdices y codornices y 200.000 liebres. ¿Y con qué motivo matan los cazadores en Alemania cada año cerca de 300.000-400.000 gatos domésticos y aprox. 40.000 perros? 

domingo, 30 de enero de 2011

MENTIRA N° 1 Los cazadores protegen el bosque y el campo de los destrozos de los animales de caza.

La caza provoca muy al contrario los múltiples destrozos de los animales. A causa de la caza, los animales son espantados innecesariamente, lo que a menudo aumenta más su necesidad de alimentarse y con ello los daños a causa de ello. El extendido argumento de que los animales cinegéticos provocan destrozos considerables, sirve tan sólo como pretexto de los cazadores para introducir temporadas de caza más largas o mayores cuotas de disparos. Con frecuencia los perjuicios a personas o cosas provocados por los cazadores son más grandes que los destrozos a la agricultura causados por los animales (Mathieu Roger, 1987). El biólogo de animales de caza Dr. Harald Kilias, de Bayreuth -él mismo cazador- dijo en una grabación de Radio Baviera: «el bosque es también bosque si crecen en él árboles pequeños de poco beneficio lucrativo». Por lo demás, la industria de la madera no lo es todo.

Como lo demuestra la obra principal Del contrasentido de la caza del zoólogo Carlo Consiglio, de la universidad de Roma, los destrozos por mordiscos son mínimos en la mayoría de los casos y suponen, como mucho, menos del 2% de las plantas o del beneficio extraído de la Madera. Además, nuevos planteles y plantaciones jóvenes de bosque pueden ser protegidos de los mordiscos de venados mediante vayas o redes protectoras. Un estudio para los ministros de agricultura en Bruselas demuestra además: los perjuicios causados por los animales de caza podrían ser evitados completamente si el hombre extendiera la alimentación de los aquellos durante todo el año (Ueckermann: Influencia del alimentar a los animales de caza sobre el nivel de expansión del venado, 1985). Por ultimo, también las autoridades podrían remediar destrozos, como es p. ej. el caso de los destrozos causados por maniobras y ejercicios de tropas.

Los «destrozos por forrajeo» en el bosque y en el campo tienen lugar porque a los animales no se les deja ningún alimento más:

Antes, durante la cosecha, se quedaban en el suelo de los campos muchos granos o también patatas. Con ello permanecía siempre algo para los animales.

Hoy no queda nada de sobra a causa de las máquinas modernas; a los animales se les quita cada grano.

Antes los animales de caza podían pastar en las superficies de los prados.

Hoy también los prados son cosechados en su mayor parte o segados. Para los pájaros mismos apenas queda nada de sobra.

Antes los campos y prados eran cultivados de modo natural.

Hoy los campos y prados son envenenados mediante herbicidas y abonos químicos, así como con estiercol y excrementos líquidos.

La agricultura moderna ha quitado a los animales de caza las fuentes de alimentos. El cazador «regula» el desequilibrio: si los animales entran en los campos para buscar el alimento, son matados a tiros. El espacio vital de los animales se ha reducido aún más en los últimos decenios. El hombre es el causante. ¡La apropiación de espacio vital es robo! ¿Deben ser regulados los animales a los que se les ha arrebatado el espacio vital, o debe ser regulado el culpable, el hombre?